Este año que comienza, no es un año fácil
Estamos a la espera del fallo de la Corte sobre la demanda presentada por Felipe Montoya y otros colegas abogados.. un fallo que nos puede dejar en el mejor de los mundos, con el reconocimiento de una constitución amplia frente al concepto de familia. Un logro que nos pondría a la vanguardia en el mundo sobre el reconocimiento legal para los diferentes tipos de familia.
Este año en Bogotá el movimiento tiene ante si grandes retos, frente a lo administrativo en el Distrito y frente al mismo movimiento sobre el cual, muchos cuestionan su rumbo.
Es probable que comencemos el año con el primer Consejo Consultivo LGBT al cual asiste el Alcalde (ustedes saben, siempre existe la posibilidad de que cancele el día antes), en el cual tendrá que responder muchas cosas en probables 5 minutos de saludo.
Comenzamos el año también con la probabilidad de una segunda reelección, que marcaría el paso hacia un Estado controlado por un solo hombre, con una clara visión dogmática frente a las personas LGBT, con diversas entidades respondiendo al control del gobierno y a sus ideas, como es el caso de la Procuraduría, abiertamente contraria a la vida digna de las personas LGBT.
Son muchos los buenos deseos, pero también muchas las preocupaciones sobre lo que nos espera:
La afirmación del Estado laico, o la entrada en vigor de un Estado confesional que nos regrese a tiempo desconocidos por las nuevas generaciones, sobre la discriminación hacia las personas LGBT.
El real compromiso de la Administración Distrital o el saludo a la bandera, en el cual, el Acuerdo 371 de 2009, contará con buenas intenciones, pero sin presupuesto.
Un movimiento LGBT en Bogotá, que tiene la posibilidad de la verdadera discusión sobre sus búsquedas o entretenerse en querellas que probablemente nos llevarán a disfrutar de muchas marchas LGBT en la ciudad, pero de ningún interés común.
Este no fue un saludo tradicional de Año Nuevo, es más bien un llamado a no perdernos en la rutina y así no olvidar que la rutina, tan nuestra, pueden cambiárnosla.
Nuestra vida no sólo depende de nosotros... ¡pero también depende de nosotros!
Estamos a la espera del fallo de la Corte sobre la demanda presentada por Felipe Montoya y otros colegas abogados.. un fallo que nos puede dejar en el mejor de los mundos, con el reconocimiento de una constitución amplia frente al concepto de familia. Un logro que nos pondría a la vanguardia en el mundo sobre el reconocimiento legal para los diferentes tipos de familia.
Este año en Bogotá el movimiento tiene ante si grandes retos, frente a lo administrativo en el Distrito y frente al mismo movimiento sobre el cual, muchos cuestionan su rumbo.
Es probable que comencemos el año con el primer Consejo Consultivo LGBT al cual asiste el Alcalde (ustedes saben, siempre existe la posibilidad de que cancele el día antes), en el cual tendrá que responder muchas cosas en probables 5 minutos de saludo.
Comenzamos el año también con la probabilidad de una segunda reelección, que marcaría el paso hacia un Estado controlado por un solo hombre, con una clara visión dogmática frente a las personas LGBT, con diversas entidades respondiendo al control del gobierno y a sus ideas, como es el caso de la Procuraduría, abiertamente contraria a la vida digna de las personas LGBT.
Son muchos los buenos deseos, pero también muchas las preocupaciones sobre lo que nos espera:
La afirmación del Estado laico, o la entrada en vigor de un Estado confesional que nos regrese a tiempo desconocidos por las nuevas generaciones, sobre la discriminación hacia las personas LGBT.
El real compromiso de la Administración Distrital o el saludo a la bandera, en el cual, el Acuerdo 371 de 2009, contará con buenas intenciones, pero sin presupuesto.
Un movimiento LGBT en Bogotá, que tiene la posibilidad de la verdadera discusión sobre sus búsquedas o entretenerse en querellas que probablemente nos llevarán a disfrutar de muchas marchas LGBT en la ciudad, pero de ningún interés común.
Este no fue un saludo tradicional de Año Nuevo, es más bien un llamado a no perdernos en la rutina y así no olvidar que la rutina, tan nuestra, pueden cambiárnosla.
Nuestra vida no sólo depende de nosotros... ¡pero también depende de nosotros!
P.D. Autorizada su reproducción total o parcial.. pero al menos cítenme, jejeje
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