La Iglesia Luterana de Suecia se ha convertido en ejemplo de modernidad y código liberal al admitir entre sus filas a Eva Brunne de 55 años, la primera religiosa mujer, homosexual y sexualmente activa como obispo.
La ceremonia de ordenación tuvo lugar en Uppsala, población al norte de Estocolmo, en cuya catedral recibió la unción como miembro del alto clero luterano.
En la ceremonia, además de su esposa y el hijo de tres años de ambas, estuvieron presentes la prensa sueca y los reyes de ese país.
Como motivo y guía de su episcopado, Brunne eligió la cita bíblica: "no hagan diferencias entre las personas".
Brunne justifica esta frase diciendo que expresa la igualdad entre los hombres, que es el fundamento de la Iglesia, recordando la responsabilidad de esta con la sociedad y el mundo.
La esposa de Brunne también es pastor. Brunne fue electa obispo en lugar de Caroline Krook, una fuerte defensora de los derechos de los homosexuales, ahora jubilada.
Eva Brunne declaró que quiere "liderar un cambio en la Iglesia de Suecia. Se trata de que más gente pueda hablar sobre Jesucristo, de que la Iglesia funcione, de que tengamos una Iglesia con mayor autoconfianza".
La Iglesia luterana de Suecia, aprobó el pasado 22 de octubre el casamiento por la Iglesia de los homosexuales.
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