Tras casi tres años de constantes agresiones, violaciones a sus derechos y lucha por justicia, el profesor Agustín Estrada Negrete ha solicitado asilo en Estados Unidos para poder llevar una vida libre de discriminación homófoba y violencia.
El caso del profesor Estrada Negrete se remonta a mayo de 2007, cuando fue cesado de sus funciones como director del Centro de Atención Múltiple 33 y 34 (CAM, escuela para personas discapacitadas) en el Estado de México, por presentarse en un evento contra la discriminación vestido como mujer y declarar públicamente ser homosexual. Tras ser separado de su cargo como director, Estrada Negrete emprendió una serie de protestas, en las que denunciaba la persecución de la que ha estado siendo víctima por su homosexualidad. En mayo de 2009 fue detenido cuando protestaba frente al Palacio de Gobierno del Estado de México. Ese día, según ha denunciado, fue violado tumultuariamente por convictos y custodios al ser trasladado al penal.
Estrada Negrete fue reinstalado como docente, pero sus propios compañeros impidieron que siguiera trabajando, afirmando que tiene sida (algo que él desmiente). También algunos padres de familia se pusieron en su contra, e incluso fue agredido. En 2009 el caso ya había llegado a oídos de Naciones Unidas, desde donde se pidió que se garantizaran los derechos del profesor y solicito un informe detallado de la situación, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió se le asignara una escolta y vigilancia fuera de su domicilio. La petición fue ignorada. En enero de este años nos hacíamos eco, por primera vez, de las amenazas que recibía.
Finalmente, en junio de este año Estrada Negrete fue condenado a tres años y tres meses de cárcel bajo los cargos de ataques a las vías generales de comunicación y medios de transporte, si bien se le concedió el beneficio de la sustitución de la pena de cárcel , por el pago de 9.091 pesos. Durante los últimos meses ha sufrido de nuevos ataques y constantes persecuciones por parte de sus vecinos. A finales de agosto fue apuñalado en un domicilio donde se escondía y en septiembre fue atacado y violado por un grupo de hombres que irrumpieron en su domicilio. En días posteriores recibió amenazas de muerte, al igual que su madre y hermana.
Este cúmulo de agresiones y la falta de intervención de las autoridades le han llevado, finalmente, a pedir asilo político en los Estados Unidos.
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