Un joven de desempeño académico brillante fue autorizado por una escuela entrerriana a vestirse como mujer por respeto a su elección sexual.
El alumno, de 17 años, es, gracias a su desempeño escolar, primera escolta del abanderado del colegio y solicitó a la dirección de su escuela poder asistir a clases vestido de mujer.
"Si ser travesti es un pecado, voy a pecar cada segundo de mi vida", dijo el alumno, cuyo nombre no trascendió, en declaraciones a El Diario de Entre Ríos.
El chico, que quiere que lo llamen Kylie y lo traten como mujer, asiste al último año de la Escuela Superior Doctor Antonio Sagarna de la ciudad de Nogoyá, en la provincia de Entre Ríos, a 400 kilómetros de Capital Federal.
El pedido del joven fue estudiado por las autoridades escolares, que accedieron a la solicitud.
"Desde los cuatro años tengo esta elección sexual, cuando iba al jardín de infantes y le confesé a mi mamá que me gustaba un compañerito. Ella en ese momento le restó importancia, pero ahí supo que yo iba a ser como soy", relató Kylie, quien tiene un rendimiento escolar promedio de nueve sobre diez.
“Creo que a veces la gente juzga antes de conocernos, porque todos tenemos pecados en la vida, y el mío es este seguramente como dicen por ahí, pero si yo no lo digo, pasaré a vivir en una vida austera, sin sentido”, manifestó Kylie.
La presidente del Consejo General de Educación y ex senadora Graciela Bar consideró que no se puede "hacer otra cosa más que respetar su elección, la de sus padres y la decisión de la escuela".
“Esto se puso complicado recién en estos últimos días, cuando este alumno quiso definitivamente definir la forma de expresar su sentimiento en cuanto a su sexualidad planteando el tema de poder acceder a la escuela con indumentaria femenina y con nombre de mujer”, dijo la vice rectora del establecimiento a El Diario.
Agregó que “más allá de que él se haya autoimpuesto un nombre femenino, nosotros, y no por capricho, tenemos que seguir dirigiéndonos a él con el nombre que figura en su documento de identidad, incluso por el hecho de ser menor".
"Nunca trascendimos por ser la única escuela en Nogoya que sin ser una escuela diferencial, tiene en un aula a un chico ciego, el que no fue aceptado en ninguna otra institución educativa y aquí comparte el aula con 30 alumnos más", relató la directiva.
El alumno, de 17 años, es, gracias a su desempeño escolar, primera escolta del abanderado del colegio y solicitó a la dirección de su escuela poder asistir a clases vestido de mujer.
"Si ser travesti es un pecado, voy a pecar cada segundo de mi vida", dijo el alumno, cuyo nombre no trascendió, en declaraciones a El Diario de Entre Ríos.
El chico, que quiere que lo llamen Kylie y lo traten como mujer, asiste al último año de la Escuela Superior Doctor Antonio Sagarna de la ciudad de Nogoyá, en la provincia de Entre Ríos, a 400 kilómetros de Capital Federal.
El pedido del joven fue estudiado por las autoridades escolares, que accedieron a la solicitud.
"Desde los cuatro años tengo esta elección sexual, cuando iba al jardín de infantes y le confesé a mi mamá que me gustaba un compañerito. Ella en ese momento le restó importancia, pero ahí supo que yo iba a ser como soy", relató Kylie, quien tiene un rendimiento escolar promedio de nueve sobre diez.
“Creo que a veces la gente juzga antes de conocernos, porque todos tenemos pecados en la vida, y el mío es este seguramente como dicen por ahí, pero si yo no lo digo, pasaré a vivir en una vida austera, sin sentido”, manifestó Kylie.
La presidente del Consejo General de Educación y ex senadora Graciela Bar consideró que no se puede "hacer otra cosa más que respetar su elección, la de sus padres y la decisión de la escuela".
“Esto se puso complicado recién en estos últimos días, cuando este alumno quiso definitivamente definir la forma de expresar su sentimiento en cuanto a su sexualidad planteando el tema de poder acceder a la escuela con indumentaria femenina y con nombre de mujer”, dijo la vice rectora del establecimiento a El Diario.
Agregó que “más allá de que él se haya autoimpuesto un nombre femenino, nosotros, y no por capricho, tenemos que seguir dirigiéndonos a él con el nombre que figura en su documento de identidad, incluso por el hecho de ser menor".
"Nunca trascendimos por ser la única escuela en Nogoya que sin ser una escuela diferencial, tiene en un aula a un chico ciego, el que no fue aceptado en ninguna otra institución educativa y aquí comparte el aula con 30 alumnos más", relató la directiva.
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