Defensa de Iván Moreno le dice al Procurador: "Si no le gusta la Constitución, renuncie"

Luego, en una clara alusión a los recientes pronunciamientos del procurador Ordoñez en contra de las sentencias de la Corte Constitucional que amparan el derecho al aborto en circunstancias especiales y en contra de los otros conceptos de familia distintos al que conforman un hombre y una mujer, el abogado sentenció: “las decisiones del tribunal constitucional son para cumplirlas”.

El abogado Jaime Araujo echó mano de sus conocimientos de derecho constitucional para defender a su apoderado y, de paso, atacar al procurador por sus declaraciones contra el aborto y el matrimonio gay.


Araujo aprovechó su disertación para dar una clase de derecho constitucional sobre la supremacía de la Carta Política y de la guardiana de la Constitución. Dijo, por ejemplo, que el constitucionalismo surgió para limitar a los gobernantes y recordó que la instauración del Estado de Derecho costó mucha sangre.

“Nada sacamos con decir que hay unas leyes si no hay unos actores encargados de protegerla”, dijo.

Araujo recordó que en una audiencia anterior le pidió la palabra al procurador y este le respondió que no lo invitara a prevaricar. Araujo dijo no “lo he hecho, no lo hago ahora, ni lo haré en el futuro”.

Y explicó que el delito de prevaricato consiste en que un funcionario hace algo por fuera de la ley o dejar de hacer lo que está obligado a hacer. Y ahí se fue lanza en ristre.

“Razón tenía el señor (expresidente César Gaviria) Gaviria que no es abogado, es economista. Él le decía “usted puede tener la creencias respetables, o la concepción del mundo que usted quiera. Así como son respetables los que no creen en Cristo sino en Buda o en Mahoma. Esas creencias no lo pueden llevar a que usted desacate las sentencias, porque el día que lo haga, sin que yo lo invite, está prevaricando”, dijo.

Y después indicó que en Colombia, “la ley sobre los derechos de las mujeres no es la que usted quiera es la que la ley dice”.

Araujo recordó que el procurador defendió su posición en la radio con el argumento de que estaba en un escenario académico, pero que “pasaron otros días cuando también violó lo que dice el tribunal constitucional”, dijo refiriéndose a su intervención el viernes pasado en el Día de la Familia, cuando el procurador defendió el concepto de familia conformada por mamá y papá, en contra de los conceptos que defiende la comunidad homosexual.

Después, Araujo dijo: “En un Estado de Derecho uno obra aceptando, y por muy encopetado que yo — funcionario público— sea, puedo desconocer la supremacía de la ley, porque sin que me inviten, estaría prevaricando”.

En su defensa a Moreno, su defensa mencionó que otros países como Noruega, Finlandia y Dinamarca no se atrevieron a usar las armas porque su sociedad había superado la desigualdad. Dijo que el Estado de Derecho que había que defender era ese que la sociedad definía

“Así cuando un procurador dice qué es o no constitucional está en el filo de la navaja”, advirtió. “La ley no se puede violar bajo el pretexto de mis convicciones”, agregó.

“Señor procurador, ese es el Estado de derecho gústenos o no: que no puede acabar con la oposición, donde los contralores, los procuradores ni el presidente pueden adoptar medidas contra la oposición, y son responsables por haber violado la Constitución”, dijo.

Y acto seguido le dijo a Ordoñez que si no le gustaba la defensa de la Constitución podía renunciar. “Independientemente del juramento que hayamos hecho nuestro deber es proteger la Constitución y la ley de Colombia. Y si no le gusta, hay un camino: la renuncia, señor procurador. Si yo no estoy conforme con que la Constitución le dé derecho a la mujeres violadas, a los indígenas, o a los diversos sexuales, hay un camino: la renuncia”, reiteró.

El exmagistrado explicó con varios ejemplos por qué en un Estado de derecho, por ejemplo, no se puede apelar a la tortura para encontrar la verdad, también defendió el argumento de que el aumento de las penas para combatir un problema debe ser la última instancia a la que acudan los legisladores.

“Ahí es dónde se está torciendo el camino”, dijo refiriéndose al hecho de que, en su criterio, su defendido no ha sido tratado como inocente.

“Quien investiga tiene el deber de investigar no solo lo que me perjudica sino aquello que me favorece. Eso es lo que precisamente no se ha hecho. En este proceso ninguna de las pruebas que se pidieron por parte de la defensa fueron practicadas”, argumentó.

Araujo también defendió el principio de que en caso de que haya una duda razonable “la propia Constitución define que la decisión es a favor del investigado”. 

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